NO VIOLARÁS

Abril del año 2019 de Nuestro Señor. Plaza del Pilar de Zaragoza. Un gran prisma cuadrangular se erige imperativo y solemne cual monolito espacial inspirado por Kubrick. Dos palabras destacan en negro sobre fondo blanco como una advertencia bíblica y terrible, como un inexorable y urgente mandamiento de la ley mosaica: "NO VIOLARÁS". Los Súbditos del Amado Líder deambulan incrédulos por los alrededores del nuevo prodigio propagandístico preguntándose entre dientes por su utilidad. Unos aplauden el gesto autoritario del Gran Ojo afirmando a voz en grito que este es un Estado en el que SE VIOLA y que es más necesario que nunca esculpir a fuego la frase de marras en los cerebros primitivos de los Hombres. Hay que reeducar y reprogramar a sangre y fuego. Otros, más discretos, cuestionan con precaución la medida aduciendo su inutilidad y su agresividad: ¿Realmente en esta Sociedad hay una epidemia de violaciones? ¿Alguien necesita que le recuerden que violar está mal? ¿Un violador desistirá de su conducta al leer esto? ¿Por qué gastan el dinero público en algo tan inútil? Por su parte, muchos otros bajan la cabeza y siguen con sus vidas. En un rincón de la plaza, una pareja de turistas japoneses hojea curiosa un diccionario de bolsillo sin perder de vista El Monolito. Tras encontrar lo que buscan, sus semblantes sonrientes se demudan, guardan con prisa sus cámaras de fotos y se apresuran a hacer ciertos preparativos con sus teléfonos móviles de última generación. A unos cientos de metros, en una sala aséptica del Edificio, las y los dieciséis Altas y Altos Compañeras y Compañeros de la Concejalía de La Culpa brindan con dos gramos de agua de soma antimelancólico mientras observan cómo en uno de los treinta monitores de alta definición que ocultan la pared norte del cubículo, una solitaria paloma, seguida por el iris mecánico de una cámara de vigilancia, se posa despreocupada y ajena al mundo sobre el prisma del Gran Mensaje y, antes de emprender el vuelo, deja caer resbaladiza y viscosa una abundante deposición blanca como la nieve pura.